Empowerment y Liderazgo Femenino

Empowerment y Liderazgo Femenino

El Empowerment y Liderazgo Femenino es vital para que los países alcancen el equilibrio económico y social. La inexistencia de data no es una limitante para realizar esta aseveración, pero si para tener información precisa.

Eventos de la naturaleza de «Empowerment», son muy importantes para que las mujeres tengan conciencia de que no están solas en su lucha por mejores condiciones.

La data disponible nos permite aseverar que la equidad de género y el incremento de la participación de la mujer en los ámbitos laborales, sociales y políticos es un requisito indispensable para empezar el extenso y arduo camino que nos transporte a minimizar los niveles de pobreza, que en muchos casos es consecuencia de la ignorancia, en parte producto de la discriminación e inequidad de género.

Para lograr el objetivo la responsabilidad gubernamental es sólo de un 50%; el otro 50% es obligación de la sociedad. Ambos sectores deben participar conexamente en el proceso de cambios.

Cambios necesarios en dos líneas

Estructurales

Implican cambios en las estructuras jurídicas y económicas existentes. Alcanzar este objetivo recae principalmente en diferentes áreas del sector gubernamental, es decir en la voluntad política del poder ejecutivo, legislativo y judicial.

Culturales

Implican cambios en la percepción ciudadana. Alcanzar este objetivo recae principalmente en la sociedad civil, es decir en los comunicadores sociales, publicitas, profesores, médicos, empresas, la sociedad en general.

En ambos casos se debe originar en una actitud interna de hombres y mujeres decididos a luchar por un cambio y efectuarlo.

Todos estamos conscientes de la necesidad de reformas a nivel gubernamental y legislativo en los países del hemisferio para que la mujer pueda ser una fuerza más determinante en el desarrollo social y por consiguiente el crecimiento económico.

Sin embargo, basándonos en la ecuación del 50-50 no podemos obviar que la participación ciudadana de hombres y de mujeres es al igual obligatoria.

Somos en muchas ocasiones los mismos padres, educadores, programas de televisión, anuncios publicitarios, canciones y otras tantas realidades del día a día quienes perpetuamos esquemas y valores en la conciencia de nuestros hijos. En este tenor se nos hace obvio que la ecuación mencionada no se ha manifestado como es de lugar: «mitad y mitad».

La integración de los diferentes sectores (gobierno y sociedad) y la convergencia de estos usando canales de «comunicación bilateral» es la manera más viable y expedita para llegar a los compromisos por ambas partes. Como producto tangible surgirían la ejecución de programas, cambios constitucionales y leyes ejecutables.
Al mismo tiempo se reforzaran las responsabilidades de los ciudadanos.

Hoy día nos encontramos con un significativo y creciente número de mujeres en posiciones públicas. Hemos señalado en otras ocasiones estudios de las Naciones Unidas los cuales señalan que el número de mujeres que ocupan posiciones legislativas en países emergentes más que aumentar ha disminuido en los últimos años.

Indice de empowermnet femenino

El índice de empowermnet femenino, conocido internacionalmente por sus siglas en inglés GEM, sigue siendo un indicador relativamente crudo ya que no puede medir intangibles como la presión social que obstaculiza, obstruye y hasta previene el ejercicio legal de los derechos de la mujer. Todavía más importante, este índice no puede captar aspectos significativos de la posición de la mujer en su hogar y su comunidad, especialmente en áreas rurales, donde las actividades que desempeña son sin pago y/o del sector informal de la economía.

El anonimato y la privacidad de la esfera en la que muchas mujeres pasan sus vidas relevadas a segundos planos es muy preocupante. Su contribución a las empresas e instituciones a las que pertenecen son tan ignoradas, como los aportes a su país. Asimismo es significativo considerar que la representación local femenina en los gobierno es un indicador de la idiosincrasia del país, reflejándose así de manera positiva o negativa en el desarrollo social y el crecimiento económico. No se trata de tener más o menos mujeres en posiciones públicas. Se trata de realizar trabajos en los que se tome en cuenta la perspectiva de género y se incida directamente en los cambios estructurales y consecuentemente culturales.

El desempeño gerencial y ejecutivo de las mujeres quizás se traduce en pequeños salarios, pero en grandes avances para el país.

Lo que es crucial no es conseguir cierto por ciento de posiciones representativas en la arena política y económica, sino proveer de equidad de opciones entre hombres y mujeres. La exclusión puede estar causada por barreras estructurales que impiden que la mujer acceda a las arenas citadas. O pueden ser el resultado de la opción de ambos, hombre y mujeres sobre su deseo de roles sociales. Este es un asunto que las personas de cada país deben definir sobre sus sociedades.