Martin Luther King

Martin Luther King

Martin Luther King Jr. nació el 15 de enero de 1929 en Atlanta, Georgia, siendo el primogénito de un ministro bautista. Su padre y abuelo habían sido predicadores en la tradición bautista.

Formación y primeros pasos en la lucha

Estudió en Morehouse College desde los 15 años, y fue ordenado ministro bautista a los 17. Tras graduarse en el Crozer Theological Seminary en 1951, prosiguió sus estudios en la Universidad de Boston. Allí, se interesó profundamente en la filosofía no violenta de Mohandas Gandhi.

En 1954, King asumió como pastor de la Iglesia bautista de Dexter Avenue en Montgomery, Alabama. Ese papel lo llevó al frente de las luchas por los derechos civiles, especialmente después de que, en 1955, Rosa Parks, una mujer negra, fue arrestada por no ceder su asiento en un autobús a un pasajero blanco. King lideró el boicot contra la compañía de transportes, un desafío que duró 381 días, enfrentando arrestos, amenazas y la destrucción de su hogar.

Un líder de la no-violencia

King, influido por Gandhi, promovió la resistencia no violenta como medio principal de protesta. Su liderazgo en esta área lo consolidó como una figura esencial para el movimiento de derechos civiles en Estados Unidos.

En 1963, lideró una campaña en Birmingham, Alabama, y posteriormente dirigió la histórica Marcha a Washington, donde pronunció su famoso discurso «I Have a Dream» (Tengo un Sueño), abogando por la igualdad racial.

Reconocimientos y desafíos

Por sus esfuerzos en la promoción de la paz y la igualdad, King recibió el Premio Nobel de la Paz en 1964. Sin embargo, sus últimos años estuvieron marcados por desafíos. A medida que crecía la impaciencia de los jóvenes activistas, su enfoque pacífico fue cuestionado. Además, su firme oposición a la guerra de Vietnam lo hizo impopular entre algunos sectores.

Un legado inmortal

Trágicamente, Martin Luther King Jr. fue asesinado el 4 de abril de 1968 en Memphis, Tennessee, mientras apoyaba una huelga de trabajadores sanitarios. Su asesino, James Earl Ray, fue condenado y sentenciado a 99 años de prisión.

El legado de King perdura. En 1986, se estableció un día nacional en su honor, celebrado el tercer lunes de enero. Su vida y lucha inspiran a millones a buscar justicia, igualdad y dignidad para todos.

 

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