Gillette

King Camp Gillette

King Camp Gillette nació el 5 de enero de 1855 en una familia con una destacada tendencia hacia la invención. A pesar de los inventos patentados por sus familiares, King no había concebido nada significativo, excepto una impracticable idea para una vivienda multifamiliar.

A los 36 años, William Painter, su jefe, le ofreció un consejo esencial: inventar algo asequible, producido masivamente, utilizado por todos y que se deseche después de su uso. Con esa idea en mente, Gillette comenzó a observar las rutinas diarias de la gente, buscando el producto ideal.

En 1895, durante su rutina de afeitado matutino, tuvo una epifanía. Visualizó una cuchilla de afeitar desechable que podría ser reemplazada fácilmente. Aunque la idea era clara, llevarla a cabo no fue sencillo. Junto a Wimas Nickerson, un experto mecánico, trabajó en el diseño y fabricación del producto. Tras enfrentar desafíos iniciales, como cuchillas que no eran adecuadas para la piel, la dupla logró perfeccionar la máquina de afeitar, bautizándola «Safety Razor».

Con el tiempo, Gillette transformó su invención en un ícono del consumo y del descarte. A través de una astuta campaña de marketing, promovió no solo el uso del producto, sino también su constante renovación. Para aquellos que buscaban distinción, la compañía ofrecía versiones en oro y plata maciza del rastrillo. La imagen de Gillette adornó millones de paquetes, y su apellido se convirtió en sinónimo de cuchillas de afeitar en todo el mundo, independientemente de la marca.

King Camp Gillette dejó este mundo el 10 de julio de 1932, pero su legado sigue vivo en cada acto de afeitado matutino.