Johann Mendel

Johann Mendel

Johann Mendel nació el 22 de julio de 1822 en Heinzendorf, actualmente Hynice, República Checa, en una familia de agricultores. En 1843, se unió al monasterio agustino de Brünn, un destacado lugar de investigación científica, adoptando el nombre de Johann. Finalizó sus estudios de teología y fue ordenado sacerdote en 1847.

Demostrando habilidad para la enseñanza, en 1849 se le encomendó trabajar en una escuela secundaria en Znaim. Sin embargo, no superó el examen estatal necesario para ser profesor certificado.

En 1851, Mendel se matriculó en la Universidad de Viena, ampliando su conocimiento en historia, botánica, física, química y matemáticas. Durante este período, experimentó con la cría de abejas, realizando diversos cruces entre diferentes razas.

Sus experimentos más renombrados comenzaron en 1857, enfocándose en la hibridación de plantas, especialmente en variantes del guisante. Tras años de meticuloso trabajo, en 1866, publicó «Investigaciones sobre híbridos vegetales», donde presentó sus descubrimientos sobre herencia genética. Sin embargo, estas investigaciones no fueron reconocidas hasta 1900, cuando tres científicos, incluido el botánico holandés Hugo de Vries, redescubrieron y validaron sus hallazgos. La relevancia de su trabajo fue completamente entendida en las décadas de 1920 y 1930, particularmente en relación con la teoría de la evolución.

En 1868, Mendel fue nombrado abad del monasterio de St. Thomas, lo que lo distanció de su trabajo científico. Tuvo enfrentamientos con el gobierno debido a una nueva ley de impuestos que afectaba a los monasterios. Fiel a sus convicciones, Mendel se opuso vehementemente a la ley, lo que lo llevó a aislarse tanto en el ámbito monástico como en la vida pública.

En sus últimos años, Mendel llevó una existencia retraída. Antes de fallecer, reflexionó sobre la importancia de sus investigaciones, anticipando que el mundo valoraría sus descubrimientos. Murió el 6 de enero de 1884 debido a problemas renales y cardíacos.

Sus dos leyes fundamentales son:

Ley de la segregación: Los genes se transmiten de una generación a otra a través de los gametos, de manera que cada gameto recibe solo uno de los dos alelos del organismo. El número doble se restablece en la fecundación.

Ley de la transmisión independiente: Los alelos de un gen se transmiten de manera independiente respecto a los alelos de otros genes, por lo que su transmisión a la siguiente generación no es influenciada por otros alelos.